El nombre de este simpático perro de cobro proviene de la bahía de Chesapeake, en el estado de Maryland (Estados Unidos). Se cuenta que los involuntarios creadores de esta raza fueron, a comienzos del siglo XIX, los náufragos ingleses que llegaron a esta bahía con sus Terranovas. Después, los ingleses se fueron, pero los perros se quedaron y, cruzándose con los Retriever allí existentes, dieron origen a la nueva raza. En Europa existen sólo raros ejemplares que a veces aparecen en algunas exposiciones caninas realmente importantes.